Tropezón

Mi teléfono no ha dejado de sonar, y es porque todos ustedes buscan a este su humilde y burdo servidor. Sí, lo sé, estoy seguro que el vacío que sienten todos los capitalinos -inexplicable para muchos- ha de ser impresionante; y sí, es porque no estoy ubicado goegráficamente en la misma altitud - latitud que ustedes, pero hay medidas que tengo que tomar para poder algún día ser amo y señor del mundo. No puedo ser soberano de ustedes si no tengo control de las pequeñas ciudades también.

Pero en fin, les comunico que todo está bien, todo está saliendo de acuerdo al plan salvo algunos pequeños tropezones que pronto ilustraré (porque la conexión acá es un poco deficiente, por no decir chafa), Pero estaremos muy pronto en contacto para que les informe los avances de mi plan.

Y como dirían por ahí... Ahí vamos.

Aprovecho el espacio, para mandarle besos y abrazos a mi Señorita Presbitero y le prometo que pronto gobernaremos este mundo.

Hasta pronto y gracias por leer.

A un paso más de conquistar el mundo

Pues bien amados cuatro lectores (que prometen pronto ser seis)... seré breve.
Me encuentro residiendo en las regias tierras de la ciudad de Monterrey N.L. ya que había una demanda que pesaba en mi contra, la AFI me andaba pisando los talones y la Interpol ya había husmeado en mi buduá.

Entoooonces, decidí transportarme y esconderme en el cóncavo cerro de la silla.
Pero en fin... espero que no me delaten y no digan mi paradero.

Trataré estar en contacto con ustedes para que sepan que estoy bien y sano, y para mantenerlos informados de mi plan de conquistar el mundo, para gobernarlo junto a mi reina La señorita Presbeteriana (que por cierto amo y extraño)