Friday, August 03, 2007

¡Ira nomás!

Suelo ser un personaje (de ficción) de muy buen carácter, pero como todos, perdemos los estribos cual equinos salvajes cuando algo feo pasa. Como esta:

Encontrábame yo plácidamente postrado en el trono de mi castillo en el ala sur sureste junto a mis dos gran daneses genéticamente alterados, y junto a mi otro fiel amigo Edo. Que empuñaba una copa de cognac y una pipa como extraída de una imagen de baño de hombres de restaurante clase mediero + de finales de los ochenta.

Cuando de pronto un estruendo irrumpió la plática. Un golpe de láminas y plásticos seguidos de dos rechinidos de llanta sobre el concreto, y un grito que el joven Edo describió “como de niño” (que en realidad fue el de la tía hilda). Mi pobre auto, fue embestido por un perfecto imbécil.
Obviamente, el que el ajustador irónicamente llamó “responsable” se dio a la fuga con su Ford Ka rojo, el cual fue identificado por placas, vestimenta del “hijodeputa” y todo, fue levantada la denuncia en la procuraduría, y le ordené a un grupo de sicarios, cazadores y hechiceros que lo persiguieran, que lo identificara y que lo obligaran de la forma más violenta a pagar por su falta de ética.

Este no es mi carro, pero es nomás pa' ilustrar...

Ni hablar…

Pero la verdad da un coraje fortísimo que estas cosas pasen, la ira recorrió todo mi espinazo, mis puños se apretaron y se me subió la adrenalina, la bilis y la bilirrubina (como canción de Juan Luis Guerra y sus 4.40), yo sólo quería encontrar al hijo de la gran ch*ngada y darle unas muestras de mi jujitsu, y de mi chi-kung para dejarlo igual o peor que mi pobre automóvil.

Volvió la razón a mí –y después de todo ni lo encontramos ayer- así que por eso también me desahogo en este espacio mío. Que utilizo hoy para también levantar la denuncia… quizá sin éxito, lo sé, pero de algo servirá. Tal vez como una especie de llamado de auxilio a la agonizante cultura social del país.

Lanzaría una amenaza por este medio, pero no va conmigo, lo haré el domingo en cadena nacional, al fin ya sé quién es.

Disculpen las “picardías” que fueron escritas para adjetivar al conductor del Ka rojo. Por cierto este blog no era para menores descarriados.


¡JUSTICIA!