No queremos Jalogüín

Creo que ya es tarde para escribir acerca del mal gusto que anda permanentemente por ahí en estas épocas de día de muertos con embarrada de Halloween. De hecho en los archivos de estas oficinas en donde las ideas se cocinan a fuego fatuo, y las palabras se hornean en hoyo de barbacoa, se perdió una publicación que se supone que saldría el lunes pasado. Acortando la historia, no se entregó a tiempo, hubieron golpes, despidos, demandas del sindicato mexicano de eruditos blogueros (SMEB), y uno que otro degollado por ahí. Y todo ese esfuerzo era para recalcar el mal gusto que se tiene en las fiestas de disfraces.

Me gustan las fiestas de disfraces, me divierten, pero la chusma debería estar conciente (como yo), que si no tienen disfraz creativo y de calidad, no asistan a las fiestas.

El embajador y un servidor, coincidimos en que las fiestas tienen que ser de buena estofa; yo digo que la gente debe ir bien arreglada a las fiestas de disfraces, él dice que debe de haber Ferreros, yo digo que se debe de abstener de poner la canción del sonidito, él insiste en ofrecer Ferreros, en fin… buen tipo este Embajador.

Pero me estoy desviando. A lo que iba es a que la gente también debe de aprender a disfrazarse “within reason” como dice el Perfecto Extraño. Me refiero a que no puedes disfrazarte de Blanca Nieves si eres una señora de 50 años y tu piel es tan clara como el hollín de la chimenea. O si eres un hombre con intención de disfrazarte de Chucky (el muñeco diabólico, no Chucky Lee Torkelson), y sufres de obesidad mórbida, no eres pelirrojo y eres lo suficientemente audaz para vestir un overol de mezclilla, inclínate más por Charlie Valentino, hasta es más original. Por algo papá Dios mandó a un ídolo a la Tierra, con el suficiente número de etapas y umbral de pantones bastantes, para que mucha gente se disfrace de él, y el pueblo lo llamó Michael Jackson.

Otro consejo: Juno y el Cuervo ya no son EL recurso, absténganse de disfrazarse de ellos.

Y hablando de mal gusto, no –repito- NO le pongan cuernitos a su coche, y ‘ora que se vienen las preposadas (frotando palmas), no le pongan nariz de reno ni gorrito de santa a sus vehículos. (volvemos a frotar palmas) Solamente tienen que disfrutar su ponche con PI-QUE-TE.

Gracias por leer y por participar en la pregunta: ¿cuál ha sido el mejor y el peor disfraz que vieron este año? -en el apartado de los comentarios.

PAZ