Thursday, September 18, 2008

Pendejadas

Carlos Loret de Mola dijo hoy en la mañana ...no hagan pendejadas, en un mensaje que le dió a los chavos y chavas.
Señor Loret de Mola, la juventud no se expresa con las vulgaridades con las que lo hace usted, no sea ordinario.

Sigo tomando mi Nervo-Calm, por cierto.

Wednesday, September 17, 2008

In memoriam


1943 - 2008

Sabemos que es inevitable y es lo único que es seguro en esta vida. Pero aún así duele cuando los grandes se van. Cuando los gigantes mueren, cuando los prodigios terminan su tiempo, dejando algo que será recordado por muchas generaciones.

Pero imagínense dejar algo de tu vida que inspire a alguien 100 años después.

Vamos a extrañar a Richard Wright

Gracias

Sunday, September 14, 2008

Del "uso" de las "comillas"



Cuando aprendamos a entrecomillar bien, este país saldrá adelante.
Claramente el autor de estos mensajes fijados arriba del basurero de un baño en una empresa (transnacional, por cierto), en su vida ha abierto un libro.
Caray, lean el Libro Vaquero, o el sensacional de Camioneros o ya de perdida la Ooorale, ahí conocen el uso adecuado de los signos de admiración, el uso más o menos bien de las comillas.
Por favor de no leer sin dejar "mensaje", "gracias" mil¡
"!PAZ!"

Monday, September 08, 2008

Smells like teen spirit

Rezaba el título de una gran canción que nos hizo mover la cabeza de arriba abajo al ritmo de esas guitarras y baterías poderosas en la primera mitad de los 90’s.

Y quién sabe qué rayos pasó por la mente de Kurt Cobain para titular así la cancioncita, pero quizá pasó algo como lo que sucedió un viernes de esos que creías que saldrías temprano, pero el destino te escupe en la cara y aún así vas a entregarte al furor de la compra de discos de rock.
Encontrábame pues en concurrido centro comercial, ubicado en la punta de un cerro, cuando percibí algo extraño en el olor, era una combinación de humores de lociones piratas y no tan piratas, con chicle sabor tutti frutti y aromas de nuevas axilas experimentando el hedor varonil en una axila que adolecía de vello y de edad.

Al entrar, el espectáculo era abrumador, toneladas de gel para el pelo, sujetando las púberas cabelleras de los mancebos desatinados, que se paseaban de aquí a allá con pantalones ajustados y camisetas a rayas. De vez en cuando percibía el aroma de la nicotina que ya manchaba los dedos flacos de los y las jóvenes. El sonido era fuerte, definitivamente era una multitud, en la que la moda era la voz quebrada, juvenil característica, con cierta distorsión causada por el acero de los frenos que se asomaban de sus obtusas bocas.

Los barros adornaban las frentes, los flecos exagerados eclipsaban los ojos, las gomas de sus tenis rechinaban en el piso, las risas, la palabra güey, el “obvio no”, las frases en las nalgas vestidas deportivamente de las chavitas, las playeras Abercrombie, la prepotencia efímera de los mocosos, fue lo que adornaba el atardecer en aquel cerro convertido en centro comercial.Mientras tanto, yo pensaba: chingá, pus si yo no estoy tan viejo (…)

O sí?

Gracias por leer, y por dejar su comentario chistosito.

Paz